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Venciendo el temor al "qué dirán"

  • Foto del escritor: Rita Herrarte
    Rita Herrarte
  • 18 may 2018
  • 2 Min. de lectura

"Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo." Gálatas 1:10

Cuando te dispones a servir al Señor, debes tener la convicción que él fue quien te llamó a servirle. Ya que si no lo tienes claro, será muy fácil que comiences a tratar de quedar bien con todo el mundo y lo que cada quien considera "bueno". Lo cual es imposible, ya que lo que a unos les agrada, a otros les molesta. El apóstol Pablo tenía la convicción de quién le había llamado para ser su enviado: "Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios." Romanos 1:1

Las personas a menudo, son bien intencionadas y tratarán de aconsejarte, de dirigirte según ellos consideran que es mejor. Pero la persona a quien debes consultar y esperar su dirección es al Señor, primero servirle a él y procurar obedecerle y agradarle. Aunque esto signifique desagradar a los demás y aún a ti mismo.

El rey David, sabía que esto era lo más importante, el hombre de quien se dice que "era conforme al corazón de Dios" y dejaría su legado y estándar para los reyes que le sucedieron, consultaba al Señor, antes de actuar y buscaba agradarle. En una ocasión cuando los amalecitas que llevaron cautivos a sus hijos y mujeres, de él y los hombres que le seguían, según I Samuel 30 " Cuando David y sus hombres llegaron, encontraron que la ciudad había sido quemada, y que sus esposas, hijos e hijas habían sido llevados cautivos. David y los que estaban con él se pusieron a llorar y a gritar hasta quedarse sin fuerzas. También habían caído prisioneras dos esposas de David, la jezrelita Ajinoán y Abigaíl, la viuda de Nabal de Carmel.

David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo; y es que todos se sentían amargados por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero cobró ánimo y puso su confianza en el Señor su Dios. Entonces le dijo al sacerdote Abiatar hijo de Ajimélec:

―Tráeme el efod.

Tan pronto como Abiatar se lo trajo, David consultó al Señor:

―¿Debo perseguir a esa banda? ¿Los voy a alcanzar?"

Antes de actuar bajo la presión de los hombres consultó al Señor, por eso el Señor hizo pacto perpetuo con él y dió testimonio de él diciendo: "... les levantó por rey a David, del cual Dios también testificó y dijo: ``HE HALLADO A DAVID, hijo de Isaí, UN HOMBRE CONFORME A MI CORAZON, que hará toda mi voluntad.

Concluyo con esto ¿A quién quieres agradar? porque "Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas." Mateo 6:24

Así que amados amigos, busquemos hacer la voluntad de Dios, obedecerle y si te sientes presionado por el qué dirán, considera quién fue el que te llamó, te escogió, cuando a nadie le interesabas.


 
 
 

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